15 diciembre 2008

Yopongocondón.com

Nunca he sido demasiado partidario de la publicidad institucional, esa en la que el Estado se ve impelido y obligado a difundir sus dogmas, intentando que calen y se asienten en la mentalidad ciudadana, esa en la que no es el interés económico o la voracidad empresarial lo que le mueve, sino una paternalista obligación moral para con sus ciudadanos.
La precaución higienista en las relaciones sexuales precoces y la promoción del profilácico condón viene siendo una de las obsesiones preventivas del Ministerio de Sanidad, desde la ya lejana (y exitosa) campaña del Póntelo, pónselo, en un (éste ya menos triunfante) intento de disminuir el número de embarazos no deseados en la adolescencia y su lúgubre correlato en el alto número de abortos, funcionarialmente designados como (de nuevo, siglas) I.V.E. (Interrupción Voluntaria del Embarazo).

Así pues, más lejana o parcialmente neutralizada la intención de concienciar sobre las enfermedades de transmisión sexual (el control y mutación en enfermedad crónica pero no tan devastadoramente letal del SIDA lo han favorecido), el papel protagonista de la nueva campaña institucional le es concedido a la lucha contra el embarazo adolescente, en lógica con la apabullante e imparable colonización y sexualización de la pubertad preadoslescente (e incluso de la infancia, pese al tabú) por parte de la sociedad del hiperconsumo.
En un intento de mímesis y acercamiento formal al target social para el que está diseñada, la nueva campaña (multidisciplinar: TV, radio, revistas y prensa escrita, internet -Yopongocondón.com-, politonos para móviles, etc...) cae en una impostada modernez de escaso alcance, en una imitación barata del lenguaje sms, apocopado y rítmico del hip hop, con claims publicitarios como SOLO CON CONDON, SOLO CON COCO, STOP ROLLOS CON BOMBO, KON KOKO YO GOZO MOGOLLON, YO LO PONGO YO CONTROLO, paralelos a una estética urbanstyle, sinuosa y móvil, sexy y lábil, seguidora de la línea marcada por spots como los de marcas de ropa como Levi's.
Se trata de un intento de responsabilización ética, de freno moralizante a la lógica hedonista de la (estended version) juventud actual que, si bien es factible que alcance la efectividad buscada (amén de la sulfúrica reacción de la caverna ultra, acaso también buscada), cae la redundancia feísta y ripiosa del modismo subcultural juvenil pasajero e impostado.



Stop, tronco.

Yo no corono rollos con bombo.

O condón,
o yo pongo stop.

Como fosos, como pozos,

somos dos.

O con condón o yo sobro.

Bombón,
yo propongo
condón, como modo.
Lo cojo, lo toco, lo pongo.
Con condón yo floto pronto.
Sólo con condón. Sólo con koko.

Un poco pillada por los pelos, ¿no? ¿Yo floto pronto? ¿Corono rollos?

A mí que me da que la chavalería no habla así ni después de hablar por el messenger o ver HKM o FoQ... En fin.


13 diciembre 2008

Pobre Nikki Cox

Causa tristeza observar el estado actual de la actriz Nikki Cox, que en sus tiempos de adolescente neumática y reventona en la serie Infelices para siempre (Unhappily Ever After) cautivó con su explosividad a toda una generación, tras unos incios como actriz infantil. Posteriormente, siguió deleitándonos con su aparición ocasional en diversos films (sin demasiado éxito) y papeles en series como Las Vegas o la sitcom Nikki, donde seguía luciendo palmito y encanto. Convertida en una penosa caricatura, a sus aún jóvenes 30 añitos, no hay más que verla para detestar el abuso de bótox y la obsesión anoréxica que asola hoy en día el mundo de las celebrities. En fin, una pena.

Marta Fernández, paz en la guerra

La tendencia a la hiperespectaculación y la mutación hacia el magazine de los informativos televisivos (especialmente, en nuestras cadenas privadas generalistas: excepción hecha del algo anticuado didactismo izquierdista de Cuatro -con Gabilondo en primer plano- y del Ente público, que mantiene unos mínimos institucionalistas) es una tendencia irrefrenable en la televisión del momento, especialmente en el terreno de la información de ocio y cultura, devenida poco menos que en un arbitrario contenedor publicitario.
En este panorama poco alentador es difícil destacar en el terreno del sensacionalismo y la superficialidad amarillista, pero la nueva mutación de los informativos de Tele 5 (tras pasadas encarnaciones, como la etapa agit-prop anti-pepera de Valentín), capitaneados desde su llegada (tras una etapa de similares características en Antena 3) por Pedro Piqueras sobrepasa todas las líneas rojas de la corrección mainstream, arriscándose sin cortapisa alguna en el más descarado y burdo lodazal del más descarado y gritón sensacionalismo, en un descarado festival de sangre, sudor y lágrimas, a mayor gloria del share (que, por cierto, respalda la opción con buenos números, lo que inculpa al espectador).



Tal como puede inferirse de la última campaña promocional de los mismos (sobre un fondo de catástrofes, explosiones y desgracias -como si se tratara de un film de acción y efectos especiales hollywoodiense, a los Joel Silver o Jerry Bruckheimer), sus presentadores-estrella nos informan de su voluntad de estar en el centro de la noticia (en antañona expresión), lo que en su caso, pareciera similar a introducirse en el epicentro de un tsunami o en el foco de un incendio terrible. Junto a los clásicos front men de la cadena (Hilario Pino o Ribagorda) y la veterana y deliciosa Carme Chaparro (que lleva toda su carrera catódica en la casa, pese al rol secundario al que parece estar relegada), que se mantienen en su puesto más allá de los evidentes volantazos de los rectores de la cadena), destaca la presencia balsámica de la fue última adquisición de la cadena, Marta Fernández, que inunda la pantalla con su magnetismo terso, con su sobria calidez, tras una larga etapa en las televisiones de PRISA (en Canal Plus primero; luego en Cuatro, donde saltó del hieratismo repetitivo de los informativos a la informalidad de reportera de magazine matinal, en Las mañanas de Concha Gª Campoy, sin demasiado éxito).

Convertida en una de las más subyugantes y magnéticas presencias del medio (aquel inconfundible peinado a los Cleopatra, aquel maquillaje...), no acaba de encajar su hipnótico atractivo, su impenetrabilidad misteriosa en el contexto de una cadena que ha convertido sus informativos en lo contrario, en un festival pirotécnico, en un grimoso carrusel de miserias humanas.

09 diciembre 2008

Danzad, danzad, malditos

En época de crisis económica, sequedad crediticia e inestabilidad laboral, nuestra sociedad hipermedia vuelve a echar mano de un remedio clásico, nuevamente de vuelta: el baile.
Como en los tiempos de la Depresión, donde los musicales hollywoodienses más barroquizantes (Busby Berkeley) arrasaban en taquilla de la manos de las screwball comedys o se producían maratones de baile como el que disputaba Jane Fonda en Danzad, danzad malditos de Sidney Pollack (adaptación de la novela ¿Acaso no rematan a los caballos?, de Horace McCoy), en momentos de apreturas y agobios dinerarios aparece como horizonte la evasión hedonista en la pista de baile.

A la enésima temporada del (incomprensiblemente) exitoso celebrity show hibridado con geriátrico concurso de bailes de salón (y su correspondiente parte adiestrativa de la mano del inefable coach Poti), Mira quién baila, hay que añadir el retorno del bombazo de la primeriza Cuatro, Fama ¡A bailar!, en su segunda temporada mezclando elementos de serie centrada en una academia de baile (la canónica Fama ochentera, la posterior mutación patria de UPA, etc...), gala y reality con nominaciones, coaching adiestrativo, ensayos bigger than life e inflexible jurado.

El último producto similar en aparecer ha sido el talent show producido por Gestmusic (como avanzadilla viral del estreno de un musical la próxima temporada, los listos), Buscando a Tony Manero, donde una pléyade de jovenzuelos con afición al dancing intentarán convertirse en la reencarnación de aquel working class hero de origen italiano que encarnara Travolta. No acabo de ver, más allá de elementos retro-cinefílicos, la virtualidad de esta nueva propuesta, dados los cambios operados en la chavalería de hoy, en comparación con aquella setentera que se reunía para bailar a ritmo de los Bee-Gees.

Más cercana y operativa me parece la apuesta de productos como Fama, plataformas para el merchandising fandémico (discos, giras, revistas, web, etc...) y la filiación mimética juvenil, auténticos repertorios de urban stylelife para el (alargado hasta el extremo) segmento adolescente.
El baile exorcizante y el hedonismo disco vuelven a proponerse como vía de escape juvenil; la televisión sigue rastreando y explorando entre el público espectador deseoso de convertirse en estrella, de saltar de un lado al otro del espejo catódico, necesitada de rostros y personajes para alimentar la bulimia mediática.

Driving Miss Hillary (& Mr.Clinton)

Tras el boom de su elección, que dejó a medio planeta boquiabierto, ya empiezan a verse ejemplos de chistes y comentarios humorísticos sobre Obama. De lo mejor que he visto ha sido esta tira de Pat Oliphant para Universal Press, parodiando la famosa película Paseando a miss Daisy, para comentar la noticia de la reciente incorporación de Hillary Clinton al equipò gubernamental de Obama, como Secretaria de Estado.

Burger King Size

La mayor hamburguesa que se comercializa en el mundo cuesta 350 dólares, pesa 60,78 kilos y se puede comprar en el Mallie's Sports Grill & Bar de Michigan (EEUU).

La Nancy Leonor

Pues nada, ya tardaban, de cara a las Navidades, en sacar al mercado una muñeca (similar a las Nancys de siempre, que acaban de cumplir los cuarenta hace poco) tomando como modelo a la (presunta) próxima Reina de España.

Esta réplica de la infanta mide 45 centímetros y tiene “un cuerpo blandito, como de peluche, y brazos y piernas de goma. Todo es artesanal, de calidad y fabricado en España”, explica un portavoz de la empresa responsable de muñeca real, la alicantina Antonio Juan S.L .

Esta misma compañía ya lanzó un muñeco inspirado en la infanta nada más nacer con un gran éxito en ventas.

Y digo yo… ¿aún juegan las niñas 2.0 con muñecas?

08 diciembre 2008

Tina Fey on the top of the world

La cómica del momento, tras sus imitaciones de Sarah Palin en las elecciones yanquis, sus intervenciones en el mítico Saturday Night Live y el éxito de Liz Lemon, su alter ego en la serie 30 Rock, aguda e hilarante disección del backstage de un magazine televisivo de éxito en la tele de hoy.
En enero, aparece triunfal en la portada de la revista Vanity Fair. La llaman la nueva novia de América, nada menos. Porque ella lo vale.

Kira MirOH!

Sin más comentarios... En uno de los últimos capítulos de la serie LEX en Antena 3.

Expediente cumplido

La televisión pública, dado su carácter institucional, se ve obligada a tomar la iniciativa y celebrar toda aquella efeméride política o social relevante, dedicando esfuerzos a la cobertura informativa de las celebraciones y completando la oferta con algún programa especial.
Eso mismo ha sucedido con las recientes celebraciones del 30 aniversario de la Constitución Española. Sin embargo, comparado con otro tipo de fastos y remembranzas, el resultado ha resultado algo gris y deslucido.
El pasado sábado, la Primera emitio un programa especial, grandilocuentemente titulado El espíritu de la democracia, ideado y realizado por el equipo de Informe Semanal. Iniciado con una intervención de los Alcántara (igual valen para un roto que para un descosido) a modo de (falsa) escena de Cuéntame cómo pasó, en un recurso que empieza a resultar cansino (sinergias de cadena y share obliga, supongo), la mayor parte del programa estuvo centrado en las entrevistas a alguno de los redactores ponentes de la Constitución (lo de padres me parece excesivo). Los Fraga, Carrillo, Herrero, Roca, Peces Barba o Guerra desgranaron anécdotas con tono autosatisfecho y algo engolado, aunque ya parecen empezar a mostrar algo de cansancio y melancolía (cosas de la edad y la repetición a golpe de calendario de las hazañas de la transición, amén del tono elegiaco obligado en el caso del recuerdo de compañeros fallecidos como Abril Martorell o Cisneros o lamentablemente aquejados del mal de Alzheimer, como Suárez o Solé Tura, representado en el programa por su hijo).
El plato, enjundioso pero con aroma a precocinado y muchas veces saboreado, fue completado con segmentos misceláneos, a modo de recordatorio de la vida social y cotidiana de los españoles en aquel ya lejano año 78, en un nuevo ejemplo de que el repertorio de archivo del Ente público siempre es un surtido almacén del que extraer preciosas gemas para la nostalgia, y cerrado con el simpático colofón de un retrato dibujado por el gran Forges (doña 'Consti', según el maestro), a las puertas de los leones del Congreso.

En esta misma semana, ya habíamos visto a los mismos protagonistas políticos en un debate con motivo de la efeméride, en el plató de 59 segundos, donde abandonaron algo más el envaramiento institucional y se enzarzaron en jugosas trifulcas a propósito de la memoria histórica, con Carrillo y Fraga en papel destacado de primeros espadas.
Igualmente, en la mañana del sábado la Primera realizó una sobria y disciplinada cobertura de los actor conmemorativos de la celebración oficial del aniversario, desde la entrada de las Cortes, con presencia de los reyes y las más altas magistraturas del Estado, conducido por una sobria y competente Pepa Bueno (convertida desde hace un tiempo en referente informativo de la cadena pública, en chica para todo).
Pese al despliegue y la pertinencia y solvencia del tratamiento, queda en el ambiente un cierto aire de expediente cumplido sin excesiva imaginación, de funcionarial trabajo escasamente apasionado y punzante. Quizás haya sido lo mejor no añadir más leña al fuego que pudiera ser aprovechada por unos y otros, pero las capacidades de TVE se me antojan susceptibles de mayores logros, especialmente en el terreno de la memoria colectiva.

Psychokiller MAM

Boquiabierto me he quedado al ver, en el capítulo 7 de la serie Cazadores de hombres al actor y pop idol Miguel Angel Muñoz (MAM) transmutado en psychokiller cañí, en asesino en serie y violador necrófilo, con un look garrulo y cejijunto muy curioso, que recuerda más al Juan Diego Botto de Plenilunio o al Bardem de No country for old men, que a otros referentes hollywoodienses de reciente memoria. Acostumbrado a verlo lucir palmito en UPA Dance y similares productos, no salgo del asombro. Y es que el chaval no lo hace del todo mal...




Tardá viral



Si no fuera por las trágicas remembranzas históricas de que van acompañadas siempre las imágenes de piras públicas, el happening montado por el (diputado en las Cortes nacionales) Joan Tardá, quemando en una plaza un atáud que simboliza la cumpleañera Constitución Española, acompañado por la jovial muchachada fiel de ERC, y lanzando proclamas contra la vida del Rey (a lo Millán Astray, celebrando la muerte), más podría parecer una de esas acciones de marketing guerrilla que empiezan a proliferar entre lo más avanzado del mundillo publicitario.
Un magro y desnutrido grupo de jovenzanos (desconfiemos de la juventud hiperideologizada y su maximalismo presentista), tras lúgubre procesión callejera, proceden a dar candela a un carnavalesco féretro como antes les hemos visto hacer con fotografías de los reyes (habría que rastrear freudianamente esta querencia independentista por las hogueras, más allá de la mediterraneidad del invento), en lo que sería poco más que un menesteroso spot viral para recobrar presencia mediasférica, un macabro sketch de pésimo gusto y nulo talento, si no fuera por la nobleza institucional que debe pedírsele a quien vive de los presupuestos públicos.